España llegó tarde a la música electrónica: la situación política del país, inmerso en una dictadura que duraría décadas, provocó que las vanguardias musicales se vieran con reticencia y no comenzaran a despegar –con mucho retraso con respecto a Europa y Estados Unidos– hasta la década de los setenta y ochenta, cuando aparecieron los primeros laboratorios de música electroacústica, los primeros sintetizadores, la música industrial y la escena punk local conocida como la Movida.